Una vez más y como cada día, los trabajadores de la salud volvemos a estar en medio de un hecho de violencia gravísimo. En este caso, en el Hospital Eduardo Oller, de Quilmes, donde un hombre reclamó que su esposa fuera atendida de inmediato y tras saltar las rejas que dividían la sala de espera del sector de atención, comenzó a golpear al personal de salud y a romper computadoras.
Hechos como éste (en este caso podemos dar cuenta gracias a las filmaciones) suceden todos los días, en todos los hospitales. La desprotección, la incertidumbre de lo que pueda suceder, la inseguridad y la violencia son moneda corriente para quienes ejercemos la medicina.
Desde nuestro Sindicato Médico AMRA volvemos a pedirles a las autoridades nacionales, provinciales y municipales que refuercen los sistemas de seguridad en los nosocomios. Estamos indefensos frente a estos ataques de furia mientras aguardamos respuesta de las autoridades. Respuesta que nunca llega.
Seguimos bregando por mejoras salariales, lugares dignos de trabajo y seguridad. Mientras ello no ocurra, la medicina y los médicos seguimos estando desprotegidos y en peligro constante.
Sin salarios y sin seguridad, no hay médicos.
