El Gobierno de la Provincia de Buenos Aires autorizó hoy a trabajar dentro del sistema sanitario a los médicos retirados y aquellos que se hayan acogido a un retiro voluntario.

En el marco de la pandemia del COVID-19, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires autorizó a trabajar a los médicos retirados y aquellos que se hayan acogido a un retiro voluntario, con el objetivo de poder disponer con la mayor cantidad posible de personal especializado para atender la demanda frente a la situación de emergencia que se vive.

La medida fue dispuesta mediante el Decreto 213/2020 publicado hoy en el Boletín Oficial bonaerense, y establece durante el plazo de vigencia de la emergencia sanitaria de un “régimen de compatibilidad” para los jubilados y aquellos agentes de salud que estén bajo retiro voluntario para prestar nuevamente servicios de manera excepcional. Esto, según detalla, no afectará el cobro íntegro de los haberes jubilatorios correspondientes, que se percibirán junto con la respectiva remuneración; ni tampoco las cuotas pendientes del beneficio.

Tal como se manifiesta en la norma, las autoridades destacaron que estas acciones van en consonancia con “la velocidad en el agravamiento de la situación epidemiológica a escala internacional, lo que requiere la adopción de medidas inmediatas para hacer frente a esta emergencia, adoptando medidas tendientes a la protección de la salud y la coordinación de esfuerzos en orden a fortalecer el personal necesario para satisfacer la demanda del sistema de salud”.

En este sentido, y de acuerdo a lo que se fundamenta en el decreto, la provincia de Buenos Aires dispone de una gran cantidad de beneficiarios del sistema previsional, que cuentan con formación y experiencia útil para optimizar aspectos de planificación, técnico funcionales y demás aportes de gestión que coadyuven a la eficacia de acciones estatales en esta materia.

Cabe destacar que quedan exceptuados de trabajar quienes “se hubieran jubilado por invalidez, y aquella tuviera carácter de definitiva, o quienes estuvieran al amparo de regímenes diferenciales por la realización de tareas insalubres, determinantes de vejez o agotamiento prematuro”.

En tanto, el mismo decreto recuerda que el Poder Ejecutivo de la provincia de Buenos Aires facultó, además, al Ministerio de Salud bonaerense a disponer todas las medidas necesarias y de reorganización del personal que la situación de emergencia por el Coronavirus amerite; para cubrir eficientemente la prestación del servicio de salud.

Este decreto pone en riesgo la vida de nuestros médicos jubilados debido a que en general más del 90 %, de ellos padecen de patologías preexistentes como diabetes, hipertensión arterial, síndrome metabólico, Epoc, etc. Muchas de estas patologías son consecuencia de estrés sufrido durante su actividad productiva en la profesión. Esto, sumado a la falta de insumos y al estrés nuevamente de interactuar con esta pandemia sin poder tener cura, los llevaría a nuestros colegas rápidamente a que se mueran por contagio o por infartos masivos, sabiendo también que nuestros ancianos son la prioridad de la OMS y del presidente.

Por lo expuesto, solicitamos a los funcionarios que ese dinero se destine al aumento de sueldos dignos de todos los agentes de salud en actividad y a la compra de insumos correspondientes para poder darle batalla a este enemigo invisible.

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