AMRA repudia el gravísimo accionar de la empresa Rappi Argentina en convenio con un laboratorio internacional.

 

Ya es de público conocimiento que la plataforma Rappi pretende firmar un acuerdo con un laboratorio internacional con el propósito, según sus declaraciones, de “revolucionar el mercado del cuidado de la salud”, tal como lo hizo recientemente en Colombia. En una primera instancia de este proyecto se buscará ofrecer un “delivery de medicamentos” y en una segunda etapa, comerciar con “suscripciones para medicamentos recetados, interacciones en tiempo real con proveedores médicos y visitas de médicos a domicilio”, según detallaron en un comunicado.

Desde la plataforma Rappi aseguraron, según publicó el portal Tiempo Argentino, que “hacer la vida más fácil es permitir el acceso a medicamentos con tiempos de entrega eficientes, promover la creación de modelos de suscripción, conectar médico y paciente de manera ágil”. Esta brutal novedad no nos extraña, ya que nuestra organización gremial sostiene desde hace muchos años que el sector de la salud pública carece hace tiempo de una política de Estado. Instalar este nuevo “servicio”, causaría que en el actual modelo multifragmentado se superpongan una suma de “ofertas” para la atención de la enfermedad en nuestra sociedad. Este modelo mezcla el sector estatal desde la nación, las provincias y los municipios, con la actividad privada de clínicas y sanatorios, de la seguridad social y de la medicina pre-paga, en un marco de anomia, es decir, una carencia total de normativas.

Queda claro que no tenemos una política de salud, ya que solo se tiende a articular respuestas ante la enfermedad, que podrían prevenirse si hubiera políticas de Estado. Uno de los acontecimientos de los últimos tiempos que demuestran la postura del actual gobierno frente a la grave problemática del sector ha sido la transformación del Ministerio de Salud de la Nación en una simple Secretaría. Por esta razón es que venimos planteando desde nuestro sector que estamos inmersos en una economía informal y con los trabajadores de la profesión médica precarizados, casi en su totalidad.

Para nuestra organización, la salud es un derecho esencial y por ende, humano. Sacarle ese rango y poner parches para establecer curas a la enfermedad ha demostrado que los servicios desarrollados solo tienen un espíritu mercantil. Debemos admitir que la sociedad no pudo o no supo demandar una solución al problema de la salud pública, ya que en un modelo de negocios acceden los que disponen de dinero para comprar la salud, mientras el resto queda excluido. En este contexto, los médicos ya nos encontramos trabajando de manera precarizada, por lo cual la intrusión de la “Rappi-medicina” estaría afectando aún más a la salud de la población.

Es así como los oportunistas se aprovechan de la anomia y se instalan para fortalecer sus negocios y priorizar sus intereses particulares. La plataforma Rappi, que no se reconoce como empleador y comete fraude, es una empresa que se beneficia a costa de la hiper-precarización de los trabajadores y con su insensibilidad ponen en riesgo la salud de una sociedad. Esto es posible gracias a que reina la falta de regulación estatal y la falta de control por parte de los órganos de regulación, como también por los cómplices que permiten que esto suceda.

Desde AMRA consideramos que este es un momento clave para reclamar y conquistar los convenios colectivos de trabajo que estamos solicitando y los acuerdos paritarios que negociamos, para no dejar que avancen los inescrupulosos que hacen esto con el permiso de nadie. Invitamos al resto de las organizaciones médicas a enfrentar esta grave problemática.

 

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