Aceptar como designio inevitable la decadencia de las políticas públicas y en especial la de salud, resultaría suicida en términos de colectivo social. ¿Naturalizar el retroceso o animarse a cambiar el rumbo?

Después de 8 meses de ser único referente de una especialidad crítica y a su vez esencial para el normal funcionamiento de un sistema de salud, el único tocoginecólogo en funciones del norte neuquino debió ser licenciado por estrés laboral a partir del 19 de febrero de 2018. Durante cinco días el norte neuquino no contó con la especialidad y debió armar un plan de contingencia derivando a Zapala y Cutral Co todas las embarazadas próximas a dar a luz.

Esto fue así porque el Hospital Chos Malal es el único efector sanitario en la zona norte categorizado como maternidad de nivel 2. Un centro de esa categoría debe disponer de especialidades tales como anestesia, pediatría y tocoginecología, quirófano y banco de sangre, para atender, si fuese necesario, complicaciones que pueden ocurrir en forma inesperada en el momento mismo del parto. No contar con este recurso a una distancia tal que permita resolver la situación en forma oportuna, deviene en asumir un riesgo inadmisible para los tiempos actuales.

Fue el final de la crónica de una sucesión de desaciertos con un desenlace anunciado, que podría haberse evitado. Una luz de alerta más, de las muchas que en los últimos años se han ido prendiendo en distintos puntos de la provincia, advirtiendo sobre el deterioro progresivo de nuestro sistema de salud.

Resolver solamente la situación coyuntural, encontrando parches más o menos efectivos para superar el momento, no dará sustento sólido a una política pública que debe ser preservada y fortalecerse para poder dar las respuestas que los tiempos demandan.

Avances y mejoras

La tasa de mortalidad infantil (TMI), especialmente la fracción que mide la mortalidad neonatal (TMN), es decir los niños fallecidos antes de cumplir un mes de vida, resulta en parte de la actuación de los sistemas de salud. Río Negro ha logrado desde 2014 ingresar en una tendencia descendente en la TMI producto de un importante esfuerzo del conjunto de equipos de salud. Advertíamos en una nota anterior que para Neuquén debía ser un llamado de atención, ya que la evolución de este indicador, aun mostrando una tendencia favorable, no resultó con la misma pendiente que para la provincia vecina.

En todo el país y también en Patagonia, estos indicadores sanitarios muestran una tendencia favorable en las últimas dos décadas. Para Neuquén la TMI fue de 13,5 por mil en 1995 bajando hasta 8,1 por mil en 2015 (y 7,4 por mil en 2016). En ese período la TMI se redujo un 40%. La TMN se redujo desde 7,9 por mil en 1995 hasta 5,3 por mil en 2015, es decir un 33%.

Fuente: www.vaconfirma.com.ar

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