En tiempos de pandemia los médicos hemos sido considerados personal indispensable. Noche a noche desde los balcones la población nos aplaudía reconociendo nuestra labor y entrega por nuestra actitud en la primera línea de batalla arriesgando la vida. Sin embargo, no hemos sido tratados de igual manera al momento de analizar por parte del gobierno una retribución salarial acorde a la responsabilidad de nuestro trabajo (30% a lo largo del año).

La inflación se encargó de pulverizar el poder adquisitivo real de nuestro salario. No nos pareció adecuado reclamar por mejoras de la retribución en pleno período de pandemia ya que la población necesitó de nuestra presencia para curar sus dolencias y mantenernos a su lado en esta lucha desigual contra el coronavirus. Además, por ser catalogados como personal esencial, debimos posponer las licencias y vacaciones. Por todo esto, una vez más como en los últimos años, hemos sido los grandes PERDEDORES durante esta pandemia.

En contrapartida, las empresas de Medicina Prepaga y/o las empresas privadas de Salud que ya venían creciendo constantemente en etapas prepandemia (ejemplo de lo enunciado son la construcción del gran edificio de Galeno en Puerto Madero, los nuevos sanatorios como Los Arcos, Trinidad y en el conurbano bonaerense, o aquellos remodelados con una infraestructura que se asemejan a hoteles de 5 estrellas) se vieron favorecidos con aumentos del 70% para sacarle ventaja a una inflación del 53,8%. Estos son claramente los GANADORES durante esta pandemia.

La historia vuelve a repetirse: EMPRESAS FINANCIADORAS GANADORAS vs. TRABAJADOR MÉDICO PERDEDOR. En ese mismo sentido, el Estado premia nuestro esfuerzo con insuficientes 20.000 pesos repartidos en cuotas de 5.000 y que no han sido abonadas aún a la totalidad de los compañeros, mientras que a las empresas las benefician por su posible pérdida pagándole el 50% de los salarios de todos sus trabajadores. Además, por mantenerse vigente la Ley de Emergencia, tienen el privilegio de que no se ejecuten las sentencias por deudas a la AFIP, dinero que adeudan de los aportes patronales, exenciones impositivas, subsidios, entre otros.

Asimismo, se deben aguardar las resoluciones de una Justicia muy lenta en nuestro país y hoy favorecida por la inactividad producto de la pandemia. Hace más de 4 años el Sindicato Médico AMRA espera el dictamen de un juicio que mantiene contra ADECRA (Cámara que nuclea a clínicas y sanatorios) por la firma de un Convenio Colectivo de Trabajo en el que se reconozcan las negociaciones paritarias y por ende, los derechos laborales de los médicos.

En cambio, el Congreso de la Nación sí funciona para favorecer a estas empresas que rápidamente crearon ACTRA (Asociación Civil de Telemedicina) cuyos socios fundadores son los ganadores de siempre: OSDE, Swiss Medical, Omint, Medifé, Sancor Salud, Hospitales de Comunidad, y muchas otras, quienes continuarán haciendo negocios y precarizando aún más al trabajador médico. La promoción de la teleconsulta con un fin estrictamente mercantilista y sin basamento sanitario es lo que terminará de destruir la relación médico-paciente, base fundamental del trabajo médico.

Para que los médicos pasemos a ser ganadores en esta situación, proponemos:

Afiliación al Sindicato Médico para seguir luchando unidos y con más fuerza. Esta es la única herramienta legal para defender nuestros salarios y derechos laborales.

Insistiremos hasta ganar el juicio contra ADECRA para poder firmar definitivamente el CCT.

Iniciar una lucha en todos los sanatorios para que el valor hora de un médico tenga estándares internacionales.

Solicitamos al gobierno que colabore para a equipar las fuerzas con los ganadores de siempre.

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